martes, 9 de agosto de 2011

Detrás del umbral

Estás ahí, parada frente a mis ojos, llorando. Angustia refleja tu rostro una y otra vez, pena y unas ganas tremendas de darte un abrazo, de darte un consejo y de acariciar tu cabeza, otra vez. Abrazarte tan fuertemente y ahogar el llanto, la angustia y el dolor que tanto tienes. Creo que sé por quién sufres, pero también creo que no es el único factor de tu tortura.

Detuve mis impulsos cuando te vi llorar. Sentía que debía correr, tomarte de la mano y aferrarte a mi, para que todo lo que te agobia se vaya, aunque sea por el momento; lamentablemente no pude hacerlo. Soy un imbécil que se muere de timidez al verte, y más todavía al tenerte cerca... me sentí mal en ese momento, debí estar cuidándote y no abandonándote. Lo siento...

:/

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