"IENESETEÍ (TE-Í), TE-Ú (TE-Ú) TE-Ó (TE-Ó)
INSTITUTO NACIONAL! NACIONAL! NACIONAL! NACIONAL!
LIBRE!"
INSTITUTO NACIONAL! NACIONAL! NACIONAL! NACIONAL!
LIBRE!"
Uno de los recuerdo que nuna voy a olvidar, fue mi llegada a mi colegio actual, el Instituto Nacional. Cuna de próceres de la nación, y bien llamado El primer foco de luz de la nación.
Recuerdo ese 27 de Octubre, aquel día cuando, después de la caída en aquel otro colegio por sólo dos centésimas de punto, iba a jugarme el todo por el todo a las aulas del mejor colegio del país. Llegué, tomé la prueba y comencé a hacerla. Me resultó fácil, por lo menos así la encontré. Y después dejando en las manos de Dios mi destino y el resto de mi vida como ser frustrado y seguir recibiendo mufas y ofensas de mis compañeros, o cambiar y demostrarle a todos esos imbéciles lo que realmente importaba en ese entonces para mi (y lo que creo sigue siendo importante para la vida de las personas), el estudio, el saber, el conocimiento...
Llegó un 24 de Diciembre del 2004, estaba en un Ciber Café cerca de mi casa, con mi hermano. Con el que fuimos a ver los resultados vía Internet (en ese entonces todavía usábamos el cable del teléfono para conectarnos a una velocidad que ahora parecería en extremo lenta). Introduje mi rut, código verificador, y sale aquel mensaje que cambiaría mi vida para siempre, me llenaría de orgullo y que sería un completo tapabocas para todos aquellos que querían destruirme y renegarme a la soledad. Aquél día fuí feliz. Por eso lo recuerdo tanto.
En mi querido hogar no la queríamos creer. Saltando de alegría y júbilo al saber que estaría en el -reitero- mejor colegio de Chile, era un sueño, un anhelo, una fantasía. El sueño de mi padre era tener un hijo institutano. Yo se lo hice realidad, pero espero no estarlo decepcionando.
Recuerdo el primer día de clases en el Séptimo L, de la Sala 35, a eso de las 2 PM. Todos formados, bien vestidos y peinados... el nuevo aire que debía acostumbrarme... y todo lo demás que vendría con el tiempo.
Ha pasado mucho tiempo desde aquel día, más que tiempo han pasado cosas. Sucesos que en mi vida me marcaron y que ahora me dan el adjetivo de ser hijo de la educación pública. La Revolución Pingüina me dejó en claro la realidad en que vivía, aumentar el idealismo y comenzar a madurar de una buena vez. Varias cosas más me han marcado en este colegio...
Puede sonar completamente alocado, pero siento tanto cariño y afecto a mi Instituto, que me da una pena tremenda, una angustia tan grande, que a veces me he preguntado si es necesario lo que pasa o no.
Un día mi profesor de Quimica, en el marco de las manifestaciones del 2008, en una clase, nos habló de la cruda realidad que vivía el Nacional: "El nacional se está cayendo a pedazos. Hay gente que quiere hacer de este colegio algo privado para de una vez por todas privatizar la educación..." son las palabras que más me marcaron de esa clase. Entendí que la Educacion para el Pueblo era algo que difícilmente se podría lograr, más con el trasfondo que me acababa de decir mi profesor. Acabaron las movilizaciones tiempo después, con un petitorio al debe, y una imagen por los suelos tras la aparición en la televisión de ciertos individuos dentro del colegio fumando drogas. Una movida absolutamente política por parte del Estado, que maneja los medios a su antojo.
Ahora, con estas movilizaciones en pie, y el colegio tal como está, veo muy difícil que este prestigioso colegio vaya a poder ser como antes. Sentí hoy mismo que esto se iba de cabeza por un pozo sin fondo, que no se sabe cuando tocará. Quizás sea cuando esto lo manejen sostenedores que se llenan los bolsillos de dinero con el sacrificio de familias que, con mucho sacrificio, llevan el pan a su mesa.
No quiero hacer creer a quienes leen esto, que estoy en contra de lo que se pide en las movilizaciones. Es más, sería lo más justo para este mundo tan injusto para algunos, y justo sólo para algunos, que un niño de 12 años de La Pintana tenga las mismas oportunidades que un niño de la misma edad, pero de Las Condes. Pero siento que no son ideales las medidas que se están tomando con respecto al movimiento, y al contexto que atravieza el Nacional institucionalmente.
Se necesita a ex-alumnos (no ex-institutanos) que dirijan a este barco a la deriva, a buen puerto. Solamente ellos conocen la verdadera realidad dentro del Nacional. De lo que se vive, de lo que se debate y lo que se conversa. Siento que ya no todos tenemos el mismo deseo, el mismo sentimiento por nuestro colegio. Particularmente, fue, es, y será una leyenda en vida, en pos del pueblo y del país.
Me siento en deuda con mi colegio, y quiero regresarlo al lugar que se merece, pero no sé como hacerlo...
u___u
