Todo recrudece frente a mis ojos. Obligaciones que solamente yo me impongo. Cuando dije que quería moderar mi vida lo decía con razón. Ahora lo necesito más todavía. El tiempo se desvanece y escurre entre mis dedos como los segundos que pasan riéndose de mi mientras escribo esto. Kilos de tinta impresa me esperan para que los lea y los resuma, pero kilos de panfletos también me esperan para que los fabrique, y miles de letras esperan ser leídas.
Alguien, cuando me vea por ahí haciendo algo, que por favor me diga que tengo que calmarme.
>.<
1 comentario:
Tranquilo Jonathan, aún tienes el control de tu rutina y tus horarios :).
Por cierto, Jonathan, puedes leerte lo del asunto del libro en mi Blog, a ver si buscamos información juntos y hacemos algunas movidas. Saludos!
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